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La restauración del antiguo Carmen Flores fue una operación larga y compleja, pero significó la recuperación de una nave histórica practicando oficios que estaban en peligro de desaparición y aprendiendo técnicas específicas de construcción naval en madera.

Tras 80 años (el Carmen Flores fue construido el año 1918) durante los cuales sufrió transformaciones que lo hacían irreconocible como pailebote, se tenía que recuperar la esencia con la que había nacido en las playas de Torrevieja.

Fueron cuatro años de trabajos, -desde el 16 de marzo de 1997, cuando el Sayremar I (nombre que tenía en aquel momento el barco) llegó a Barcelona, hasta abril de 2001, cuando hizo su primer viaje ya como pailebote Santa Eulàlia-, gracias a los cuales el museo ha recuperado un patrimonio que estaba en serio peligro de desaparición.

  • Fuente: Museu Marítim de Barcelona